Cathcart, R. & Olsen, J. 1976. “Teachers’ and Students’ Preferences for Correction of Classroom Conversation Errors”, in Fanselow, J. F. & Crymes, R. (eds.). On TESOL '76. Washington D.C.: TESOL, pp.41-53.
Proceso mediante el cual se guía a los alumnos hacia la mejora de su producción oral y escrita. Se distingue entre retroalimentación positiva y negativa; en la primera, el docente alaba los aspectos positivos del trabajo del alumno; en la segunda, se concentra en señalar los errores cometidos. Existen tres factores a considerar:
- la actitud del alumno ante el error;
- el alcance de lo que el profesor debe corregir; no debemos olvidarnos de que los errores son hipótesis que el alumno va construyendo en el proceso de aprendizaje hasta llegar a la forma correcta en la segunda lengua; y
- la labor de corrección puede partir del profesor, si bien algunos estudios reflejan que la autocorrección da mejores resultados.
La corrección por parte del profesor se realiza a través de una serie de técnicas, que se dividen en dos grupos fundamentales:
- Técnicas de corrección oral. El docente elabora una lista de diferentes modalidades con el propósito de descubrir cuál es la más apropiada para un determinado grupo de estudiantes. En un paso posterior, el profesor puede asistir como observador a otras clases e identificar aquellas que se utilizan en las mismas. Finalmente, puede entrevistar a varios alumnos sobre las técnicas que les resultan más útiles.
- Técnicas de corrección escrita. El profesor puede seguir tres pasos; el primero consiste en la lectura de tareas, tests de vocabulario, ejercicios escritos realizados en clase, etc. Posteriormente, el docente imagina que todo ese material ha sido escrito por su alumno y procede a su corrección. Finalmente, reflexiona sobre las correcciones realizadas y, a ser posible, las compara con las hechas por otros profesores.
La autocorrección tiene como propósito que el estudiante se dé cuenta de que existe un error. En su producción oral, el docente se lo puede hacer ver a través de gestos, dejando que el estudiante finalice el mensaje que está construyendo. En la producción escrita el alumno debe determinar si se trata de un error morfológico, sintáctico, de léxico, etc. Para ello, el docente podrá hacer uso de una serie de códigos que hagan referencia al tipo de error cometido, y que sirvan para que el alumno en función de los mismos se autocorrija.
En el caso de que la autocorrección no sea efectiva con algunos estudiantes, puede recurrirse entonces a la corrección de alumno a alumno, en la que se pide la colaboración de otro estudiante para obtener la forma correcta. Esto fomenta la colaboración de todo el alumnado en el proceso de corrección y reduce la dependencia del discente con respecto al docente.
Davies, P. & Pearse, E. 2000. Success in English Teaching. Oxford: Oxford University Press.
Gower, R., Phillips, D. & Walters, S. 1995. Teaching Practice Handbook. Oxford: Heinemann.
Ur, P. 1996. A Course in Language Teaching – Practice and Theory. Cambridge: Cambridge University Press.